La corredora Alfa, que decidió suspender operaciones en la Bolsa de Comercio, quedó sometida a una auditoría de la Superintendencia de Valores y Seguros (SVS) para ver si usó acciones de los clientes en operaciones propias.
Tanto la Superintendencia, como la Bolsa y la propia Corredora han insistido en los clientes están cubiertos y no deben temer por sus recursos.
Lo que ocurrió fue que parte del capital de Alfa estaba representado en acciones y éstas se movieron a la baja. Pero además, parece que usó recursos de sus clientes para operaciones propias.
Según la Bolsa, el 88% de las operaciones propias, las hizo Alfa con sus recursos, y el 12% restante con dineros de unos 35 clientes.
Haber contrariado las disposiciones de la posición propia y la posición de terceros es lo que quiere precisar la SVS.
Cualquiera sea el resultado, el gran ganador es el mercado, la Bolsa, el inversionista y la propia Corredora Alfa porque todo el mundo puede tener la certeza de que se preserva la transparencia bursátil y el dinero de los clientes.
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